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MI NUEVO AMIGO.
https://www.proz.com/translation-articles/articles/4147/1/MI--NUEVO--AMIGO.
Author: Juan Arturo Blackmore Zerón
Mexico
English to Spanish translator
http://proz.com/pro/2065261 
By Juan Arturo Blackmore Zerón
Published on 05/25/2015
 
Mi experiencia personal de estar en PROZ.


M I N U E V O A M I G O

Unos cuantos días ha, que tuve la suerte de toparme casi de casualidad con PROZ. Le solicité me permitiera su amistad y gentilmente me aceptó. Estoy extraordinariamente agradecido de nuestra relación. ¿Se han de imaginar lo que personalmente he ganado, estoy y recibiré en el futuro cercano? Estoy revisando todas sus facetas, aprendiendo cada día, estudiando, repasando, leyendo e investigando, porque lo que me ofrece, definitivamente, son manjares al paladar del intelecto, son retos profesionales y de crecimiento personal. Es una oportunidad que por mucho había buscado y creo que aquí está. Por fin la encontré y les aseguro que no se saldrá de mis manos.
Con todas mis limitaciones, sobre todo en el manejo de mi lap-top, de sus funciones que me falta mucho por descubrir, y por ende de la navegación en la web, estoy obligado a actualizarme para incursar, aunque sea poco a poco, en este nuevo mundo que se me presenta. Creo que lo estoy haciendo y comparto sin presunción: a pasos agigantados.
Como “ratón de biblioteca” buenos años de mi vida ahora simplemente paso a arrastrar el “ratón”. Jajajá, buena metáfora “el ratón arrastrando a un ratón”.
Discúlpenme pero mi razón de estar aquí es simplemente mi júbilo por la experiencia PROZ que estoy viviendo. Y más, esa enconada participación en KUDOZ, aprendiendo, compartiendo, haciendo y recibiendo luz. Extraordinario foro de consulta, de autoevaluación. Arena verdaderamente lúdica para ejercitar la mente, el vocabulario de las lenguas que desarrollas y que nunca se acabarán de aprender suficientemente; incluso para seguir aumentando el caudal que el ejercicio ofrece a la palabra propia heredada de nuestros padres.
Abrevar de las aportaciones de los colegas que comparten sus traducciones, de las explicaciones que ofrecen con sus entradas, de las referencias en que fundamentan sus decisiones para usar tal o cual palabra o expresión son invaluables. El respeto, paciencia, entereza y espíritu de colaboración se contagia y llena los huecos frente al reto de investigar juntos para proponer la mejor opción. Estoy seguro que los colegas que preguntan pidiendo opiniones ya tiene resuelta su traducción y la están corroborando o ajustando con las aportaciones de los demás. Queda claro que no es un foro para acuñar palabras, expresiones o términos nuevos, pero es un buen nido para ello y la tormenta de ideas que surge obliga.
Algunos colegas muy amablemente califican tus aportaciones, coincidiendo, discrepando o con comentarios neutrales, pero todos con mensajes dignos de tomarse en cuenta y de reflexión. Alguno me indicó que apoyara mis propuestas con la fuente de donde tome tal o cual término, me obligo a revisar fuentes de internet, que aún sigo considerando algo fallidas cuando los textos están mal traducidos al español y así pretenden algunos utilizar las palabras “inventadas” en esos textos. No estoy diciendo que todos, pero con ese uso lo único que provocamos es seguir usando una mala o incorrecta traducción en los nuevos documentos que plasmamos. Los cursos que ofrece PROZ seguramente ayudarán para solucionar paulatinamente esas prácticas que me parecen fallidas. Le contesté al colega a su pregunta de mi fuente y le di los datos de mi diccionario enciclopédico tal, edición de tal año y la página; así lo he hecho toda mi vida para impartir mis cátedras y trabajar en mis traducciones, así me ha funcionado. Pero me obligó y se lo agradecí a abrirme al mundo de la web.
Todo parece “miel con hojuelas”, sin embargo, algunos otros colegas con muy altas calificaciones y credenciales, en sus participaciones, comentarios y correcciones, aunque muy calificadas, pasan al limbo y se quedan solo como regaños, expresiones agrias, irónicas y vacías. Con su participación denuesta la de otros que aunque se quiera tomar lo bueno de su observación, se pierde porque tocan la autoestima irremediablemente. Aún así, sin amedrentarse, como tenemos ángeles de la guarda dulces y amorosos, también tenemos al “diablillo aventando piedras”; levanto las piedras para la construcción de mi camino al cielo.


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